María Marinescu: La colaboración entre artistas y científicos en la ciencia ciudadana
La ciencia ciudadana ha experimentado un auge en los últimos años, y no solo se limita al ámbito científico. Cada vez más, los artistas están participando activamente en proyectos científicos, colaborando con científicos para explorar nuevas formas de interpretar y comprender el mundo que nos rodea. Uno de estos proyectos es Saint George on a Bike, coordinado por el Barcelona Supercomputing Center, que utiliza el arte y la inteligencia artificial para analizar y describir el patrimonio cultural europeo.
“La colaboración entre artistas y científicos es fundamental en la ciencia ciudadana.”
En este proyecto, se utiliza el supercomputador MareNostrum4 para entrenar modelos de inteligencia artificial que permitan analizar y describir imágenes del patrimonio cultural. El objetivo es generar descripciones automáticas utilizando algoritmos de procesamiento del lenguaje natural y aprendizaje profundo. Sin embargo, para lograr resultados más precisos, se ha lanzado una campaña de colaboración colectiva en el portal de ciencia ciudadana Zooniverse.
La participación activa de los ciudadanos en proyectos artísticos científicos
En esta campaña, cualquier persona puede participar en el análisis de 5,000 obras pictóricas europeas. La tarea consiste en proporcionar descripciones que tengan en cuenta el contexto temporal de creación de las obras y las reglas de composición de épocas y escenas de la iconografía sagrada entre los siglos XII y XVIII. De esta manera, se busca enriquecer la interpretación del patrimonio cultural europeo y descubrir relaciones entre los elementos de las obras.
La participación activa de los ciudadanos en proyectos artísticos científicos como este ofrece numerosos beneficios. Por un lado, permite una mayor difusión del patrimonio cultural, ya que cualquier persona puede contribuir a su análisis y comprensión. Además, se pueden descubrir nuevas composiciones e imágenes nunca antes vistas, lo que enriquece la experiencia de los espectadores y visitantes de museos y galerías.
Por otro lado, la participación de los ciudadanos fomenta la colaboración y el aprendizaje colectivo. Al trabajar en conjunto con científicos y artistas, se crea un ambiente de intercambio de conocimientos y experiencias, donde todos pueden aprender y contribuir de manera significativa. Esto no solo enriquece el proyecto en sí, sino que también promueve una mayor conexión entre la comunidad científica y la sociedad en general.
Avances en la interpretación del patrimonio cultural europeo
Gracias a la colaboración entre artistas, científicos y ciudadanos, el proyecto Saint George on a Bike ha logrado avances significativos en la interpretación del patrimonio cultural europeo. La utilización de inteligencia artificial y la participación activa de los ciudadanos han permitido analizar mejor las pinturas, descubrir relaciones entre elementos e interpretar su simbolismo.
Estos avances tienen aplicaciones culturales, educativas y académicas. Por un lado, permiten un acceso rápido a información cultural que puede utilizarse en diferentes sectores, como el educativo, el turístico y el de servicios públicos. Por ejemplo, se pueden mejorar las páginas web para personas con discapacidad visual, ofreciendo descripciones automáticas de imágenes del patrimonio cultural. Esto garantiza una mayor accesibilidad y promueve la inclusión social.
Además, la interpretación del patrimonio cultural europeo puede ayudar a crear narrativas que expongan la injusticia social y promuevan la tolerancia en la sociedad. Al comprender y apreciar la diversidad cultural, se puede construir una identidad europea más tolerante y respetuosa.
La colaboración entre artistas y científicos en la ciencia ciudadana es fundamental para avanzar en la interpretación del patrimonio cultural europeo. Proyectos como Saint George on a Bike demuestran el potencial de esta colaboración, permitiendo analizar y describir mejor las obras de arte, descubrir nuevas composiciones e interpretar su simbolismo. Además, la participación activa de los ciudadanos en proyectos artísticos científicos fomenta la colaboración y el aprendizaje colectivo, promoviendo una mayor conexión entre la comunidad científica y la sociedad en general. Así, la ciencia ciudadana se convierte en una herramienta poderosa para impulsar la accesibilidad, la inclusión social y la construcción de una identidad europea más tolerante.